A continuación mostraremos algunos puntos que son de relevancia para entender la importancia que el juego tiene en el desarrollo tanto personal como educativo de nuestros pequeños.

El juego implica alguna destreza permite al niño divertirse y entretenerse.

  • Es provechoso: Los niños juegan para dar sentido al mundo que les rodea y para descubrir el significado de una experiencia conectándola con algo que ya conocían.
  • Es divertido: Cuando los niños juegan, a menudo observamos que ríen abiertamente. Obviamente, el juego puede tener sus retos y sus frustraciones, pero la sensación general es de disfrute, motivación, y emoción.
  • Invita a la participación activa: Los niños, normalmente se implican profundamente en el juego, a menudo combinando la actividad física, mental y verbal.
  • Es socialmente interactivo: Permite a los niños comunicar ideas y entender a los demás, sentando las bases para construir relaciones más sólidas.
  • Es experimental: Ni el juego ni el aprendizaje son estáticos. Los niños juegan para practicar competencias, probar posibilidades, revisar hipótesis y descubrir nuevos retos, lo que se traduce en un aprendizaje más profundo.

El juego puede transformar las experiencias educativas de los niños

De los 3 a los 5 años:

En el período preescolar permite a los niños explorar al mundo que les rodea.

De los 6 a los 8 años:

Mediante el juego, los niños aprenden y desarrollan competencias clave. El juego satisface la necesidad humana básica de expresar la propia imaginación, curiosidad y creatividad.

En algún momento de nuestras vidas hemos disfrutado y reído a causa de la diversión que trae consigo el jugar, no importase si eramos niños, adolescentes o incluso ahora adultos.

Estos son recursos clave en un mundo basado en el conocimiento, y nos ayudan a afrontar las cosas, a ser capaces de disfrutar y a utilizar nuestra capacidad innovadora.

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