La relajación permiten lograr un estado de conciencia caracterizado por un mayor control muscular y por tanto del movimiento, lográndose al mismo tiempo un estado de calma y serenidad.

Con este tipo de relajación muscular proveemos a los niños de una útil  herramienta para que detecten cuando están tensos. En primer lugar, de esta manera podrán relajarse ellos mismos en situaciones que les generen ansiedad o miedo.

Técnicas:

1 El jugo de limón. Grupos musculares manos y brazos.

“Imagina que tienes un limón en tu mano izquierda, tienes que tratar de exprimirlo para sacarle todo el jugo. Concéntrate en tu mano y en tu brazo, de este modo observarás como aprietas mientras intentas sacar todo el jugo, en cómo se tensan. Ahora deja caer el limón. Nota cómo están tus músculos cuando se relajan… “El proceso se repite tres veces con cada mano.

2 El gato perezoso. Grupos musculares brazos y hombros

“Ahora vamos a imaginarnos que somos un gato muy perezoso y queremos estirarnos… Posteriormente, estira todo lo que puedas los brazos frente a ti. Ahora levántalos, por encima de tú cabeza, con fuerza llévalos hacia atrás. Nota el tirón tan fuerte que sientes en los hombros. Vamos ahora a dejarlos caer a los lados, que descansen del esfuerzo. Muy bien. ¿Ves que bien se siente cuando estás relajado?  Muy contento y muy a gusto… El ejercicio se repite cinco veces.

3 La tortuga que se esconde. Grupos musculares hombres y cuello

“Ahora eres una tortuga. Estás ahí sentada, sobre una roca, muy a gustito. Relajándote muy tranquila y muy feliz en un lugar fantástico. Hace sol y calor, hay un estanque muy cerca de ti. Te sientes muy cómoda y feliz… De pronto… ¿Qué pasa? No lo sabes bien, pero sientes que estás en peligro, sientes miedo. ¡Tienes que esconderte! ¡Mete tu cabeza en el caparazón! Lo haces llevando tus hombros hacia tus orejas, con la cabeza entre los hombros, así, bien escondida, muy protegida. Ya está… no hay peligro, sal de tú caparazón, no tienes nada que temer”. El ejercicio se repite tres veces.

4 Jugando con un chicle enorme. Grupo muscular la mandíbula

“Tienes un chicle enorme, quieres morderlo, masticarlo, comerlo pero es tan grande… Vamos a  morderlo con todos los músculos de tu cuello, con tu mandíbula. Apriétalo bien. Siente cómo se mete entre los dientes. Mastícalo fuerte, muy bien, lo estás consiguiendo. Ahora relájate, el chicle ha desaparecido. Deja caer tu mandíbula. Siente cómo esta floja. Tú cuello también esta suelto, está relajado”. Finalmente, el ejercicio se repite tres veces, con tres chicles distintos.

5 La mosca pesada. Grupos musculares  cara, nariz y frente.

“Estás sentado, despreocupado, entretenido. De repente, una mosca, una mosca muy molesta ha venido a  meterse contigo y se ha posado en tu nariz. Tratas de espantarla pero no puedes usar las manos. Es un poco complicado. Intenta echarla arrugando tu nariz, todo lo que puedas, lo más fuerte posible. ¡Vamos tú puedes echarla! Fíjate que cuando arrugas tú nariz, las mejillas, la boca y la frente también se arrugan, también se ponen tensos. Hasta tus ojos se tensan…

Bien la mosca ya se ha ido, por fin te ha dejado tranquilo. Ya puedes relajar toda tu cara: Tu nariz, tus mejillas, tu frente… Tu cara está tranquila, sin una sola arruga. Tú también estás tranquilo y relajado”. Repetimos tres veces el proceso.

Indicaciones específicas para los ejercicios de relajación:

-Los ejercicios deben de llevarse a cabo al menos una vez al día.

-La relajación, sobre todo al principio, no ha de superar los diez minutos.

-Finalmente, la técnica de Koeppen se usa con niñas muy pequeños. Desde que pueden seguir órdenes hasta aproximadamente los 10-11 años. 

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