ESTILOS DE CRIANZA: LA MEJOR FORMA DE EDUCAR A TUS HIJOS

Cuando se forma una familia y llegan los hijos, toca a los padres decidir la forma en la que van a criar a esos niños o niñas. Aunque no sea un proceso tan estrictamente planteado, cada miembro tiene sus propias creencias respecto a cuál es la forma correcta de educar, así que probablemente se tomarán patrones de ambos padres para guiar su crianza. Entonces, a ese conjunto de decisiones y acciones, que configuran un patrones más o menos estables en lo que hacen los padres en lo relativo a la educación de sus hijos, se le llama estilos de crianza. Este es muy importante dado que influenciará enormemente el desarrollo de sus hijos, por ello es fundamental orientar pautas positivas. A continuación, te presentamos los distintos estilos de crianza y las consecuencias que pueden observarse en los niños.

padres caminando con su hija en el campo-estilos de crianza — *Familia*

Democrático

Para empezar, este estilo de crianza consiste en una aceptación de derechos y deberes de los hijos. Se establecen reglas claras apoyadas en el razonamiento, existe una comunicación abierta y frecuente en la que el punto de vista de todos es escuchado.

Los padres: prestan atención a los problemas de sus hijos, son exigentes pero amorosos, explican la importancia de las reglas, ayudan a que sus hijos sean independientes y autónomos, y refuerzan más los comportamientos positivos.

Sus hijos: suelen hacer solos sus deberes escolares, son felices con lo que hacen, se sienten capaces de hacer cosas, son expresivos, se relacionan fácilmente, controlan sus impulsos y tienen una buena autoestima.

Negligente

Se caracteriza por la indiferencia hacia la interacción. Lo anterior significa que hay nula exigencia pero también falta de afecto y comunicación entre padres e hijos, tampoco se atienden las demandas de los niños.

Los padres: se concentran más en sus propias necesidades, se implican poco en la educación y crianza, no ponen normas pero pueden imponer castigos sin explicaciones, no prestan apoyo emocional, no se comunican con sus hijos ni les brindan afecto.

Sus hijos: no suelen acatar normas o límites, suelen tener escasa empatía y baja autoestima.

Autoritario

Consiste en una imposición inflexible de normas de disciplina. Entonces no consideran la edad de los niños, sus características y consecuencias.

Los padres: tratan de controlar el comportamiento y actitudes de sus hijos, castigan enérgicamente si no se ajustan a los estándares, valoran la obediencia incondicional, son absorbentes, son menos afectuosos, no toman en cuenta las necesidades de sus hijos y no les permiten la autonomía.

Sus hijos: por un lado pueden mostrar un comportamiento agresivo fuera del hogar o por el otro, pueden actuar con miedo o timidez, baja autoestima, depresión, ansiedad, se les dificulta completar tareas, pueden ser obedientes pero dependientes y no forman relaciones de confianza con facilidad.

Permisivo

Se caracteriza por un gran nivel de involucramiento y tolerancia, pero casi nula exigencia, por lo que rara vez se ejerce control sobre el comportamiento de los niños.

Los padres: valoran la expresión y la autorregulación, exigen poco, son cálidos, no castigan, le suelen consultar a sus propios hijos sobre decisiones relacionadas con las normas, dan poca orientación.