Hoy en día se ha debatido más respecto a cuál es la forma “correcta” de educar a los niños, es verdad que nadie te enseña a ser padre o madre, el estilo de crianza que se adopta es a veces una reproducción de la crianza que se tuvo o está basada en tratar de enmendar los errores vistos en nuestra familia. Si bien no existen recetas mágicas y estrictas en este andar, se han propuesto alternativas positivas con concepciones diferentes, que permiten un trato más digno hacia los niños y un mejor ambiente familiar, por ello aquí te contamos sobre la crianza respetuosa.
![crianza respetuosa](https://sp-ao.shortpixel.ai/client/to_webp,q_glossy,ret_img,w_800,h_533/http://littleplay.com.mx/wp-content/uploads/2021/02/pixabay.jpg)
¿Qué se entiende por crianza respetuosa?
Es una práctica de crianza libre de cualquier tipo de violencia, está basada principalmente en el amor, la empatía, el respeto, la coherencia y un aprendizaje continuo. Es una forma de educar en la que no existen como tal los castigos, no se ve a los niños como inferiores sino como seres humanos con los mismos derechos que los adultos, por lo tanto, se les permite expresar y se validan sus emociones.
Esta forma de criar se amolda a la Teoría del Apego del psiquiatra infantil John Bowlby, quien sostuvo que el ser humano necesita contar con un apego seguro que garantice protección, amor y alimento para poder desarrollarse sanamente. Aunque casi siempre que se habla de crianza se piensa que aplica únicamente a las primeras etapas de desarrollo, la crianza respetuosa es aplicable a cualquier etapa evolutiva de los seres humanos.
Si tratar y hablar con cariño a las plantas les ayuda a crecer, imagina lo que puede hacer con las personas.
Anónimo
Bases de este estilo de crianza
Como se ha mencionado antes, está basada principalmente en valores, a continuación, te explicamos mejor cada uno:
- Amor: Aunque últimamente las muestras de cariño se han desestimado por asociarlas a vulnerabilidad o con no poner límites, esto no puede estar más errado, el amor es necesario, no temas mostrar afecto a tus hijos, abrázalos, acarícialos, escúchalos, diles cuán importantes son y que los amas.
- Empatía: Ser comprensivos con sus necesidades, respondiendo a ellas de forma oportuna y amorosa. Aquí entra la validación de sus emociones, pues generalmente cuando un niño llora lo único que se intenta hacer es que se calme y que se calle, pero no reflexionamos respecto a que esa emoción surgió por una necesidad y que los niños no son como los adultos, ellos aún están aprendiendo cómo resolver o afrontar ciertas situaciones, por lo que lo único que necesitan es que los comprendas, los acompañes y posteriormente les enseñes.
- Respeto: Respeto en todas sus formas, por lo que no hay castigos físicos o agresiones psicológicas, no obstante, se buscan otras alternativas más positivas pues no quiere decir que no se pongan límites, estos son sanos y necesarios.
- Coherencia: No hay nada mejor que educar con el ejemplo, pues los niños aprenden de sus padres, por ello hay que auto observarse, no podemos pedirles algo que ni siquiera nosotros hacemos.
- Aprendizaje continuo: La crianza es un viaje constante, no hay padres perfectos, sin embargo cada vez podemos aprender cómo mejorar la práctica con nuestros hijos, brindándoles herramientas y un ambiente seguro, que les permita crecer sanos y felices.
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