¿En qué consiste la silla de pensar o tiempo fuera? Te contamos todo sobre estos métodos de castigo o solución.
La silla de pensar o tiempo fuera hace referencia a una técnica de modificación conductual que consiste en aislar al niño o niña después de haber hecho una conducta inadecuada, así que se le manda a un espacio a estar solo para que “reflexione” sobre lo que ha hecho. Este espacio está libre de distractores y generalmente lo que se usa es una silla volteada hacia la pared en la que se sienta al niño o niña. El tiempo que permanecerá ahí dependerá de la edad que tenga, así se estima un minuto por año de edad.
Aunque esta técnica ha sido bastante usada porque puede reflejar cambios en la conducta, estos días se ha debatido sobre su uso, ya que se ha reflexionado acerca de sus implicaciones, sobre todo desde la mirada de la disciplina positiva, la cual pugna por el respeto mutuo entre niños y educadores, y tiene como objetivo el desarrollo integral, promoviendo actitudes positivas, habilidades para la vida, así como la búsqueda de soluciones de manera respetuosa.
¿Por qué no resulta conveniente el uso de esta técnica?
- No ataca el origen del problema. Reflexionemos un poco al respecto, el que el niño o niña se haya comportado de determinada forma indeseada, nos da indicios de que algo está sucediendo, quizá la falta de una habilidad, la cual no va a adquirir llevándolo a tiempo fuera. Lo único que podremos lograr que se reprima el comportamiento temporalmente, pero puede surgir en otros contextos con otras personas.
- Es irrespetuoso. El tiempo fuera es una técnica de adiestramiento y no es respetuoso, dado que al niño se le priva de la libertad y de la conexión con los demás.
- Puede afectar la relación con tus hijos. El uso de esta técnica puede hacerles sentir miedo, frustración, rencor u odio hacia quien la aplica o hacia los involucrados en la situación. Además le puede hacer pensar al niño que no hay una fuente confiable a la cual poder acudir en momentos de un desborde emocional.
- En realidad es un castigo. Como lo mencionamos anteriormente, puede funcionar a corto plazo, sin embargo la conducta se reprime porque el niño queda con miedo a ese castigo, no porque haya reflexionado sobre la conducta indeseada. Los niños no han desarrollado aún esa metacognición.
- Puede llevar a la inhibición del comportamiento exploratorio. Dependiendo de la situación, es probable que con el tiempo fuera, los niños dejen de hacer esa conducta indeseada, pero quizá no sólo dejen de hacer esa, sino que generalicen.
Reflexionemos sobre las técnicas que empleamos con nuestros hijos o alumnos, puede que en el momento esté funcionando para eliminar la conducta, pero veamos más allá qué es lo que está pasando en realidad. No se trata nada más de crear una obediencia ciega.
Fuentes de información
Gorrixto, A. (2019). Disciplina positiva: propuesta para promover relaciones respetuosas en el aula. Trabajo de fin de grado, Universidad Internacional de la Rioja.
Montiel, C. (2006). El arte de criar hijos felices: equilibrio entre disciplina y afecto. Programa de entrenamiento a padres. Ediciones Astro Data: Maracaibo Venezuela.
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