ESTILOS DE APEGO: ¿Cómo se crea el apego emocional en los niños?

Los padres, el ambiente y el entorno en general influyen en la creación de un apego por parte de los niños a sus padres o cuidadores. Cómo hemos abordado anteriormente, este apego puede ser positivo o negativo, por lo que te damos a conocer los estilos de apego que tu bebé puede estar desarrollando y lo que genera cada uno de ellos. Lee con atención.

La teoría del apego es muy importante dentro del estudio del ser humano, ya que da cuenta de las relaciones socioafectivas. Como recordarás, en el artículo anterior te hablamos sobre las generalidades de esta teoría y las características de cada estilo de apego. Así que, si no lo has revisado aquí te lo dejamos: https://littleplay.com.mx/educacion/que-es-el-apego-seguro-e-inseguro-o-negativo/?v=55f82ff37b55.

Para recordar, Bowlby define el apego como cualquier forma de comportamiento que hace que una persona alcance y conserve proximidad con otro individuo.

¿Entonces cómo es que se desarrolla ese comportamiento?

Pues bien, es a partir de la interacción que tiene el bebé con el ambiente y con las figuras principales de este, que se internalizan creencias y se crean sistemas de conducta que se activan en el apego. Respecto a las creencias respecto a sí mismo están orientadas en el merecimiento del cuidado y afecto, que está relacionado con el grado de ansiedad que experimenta ante el abandono o rechazo de la figura de apego. Por otra parte, las creencias hacia los demás están enfocadas en la sensibilidad y disponibilidad que muestran, lo cual está relacionado con el grado de evitación de intimidad respecto a las relaciones cercanas.

Es entonces a partir de estos aspectos que se articulan los estilos de apego, los cuales se van configurando como patrones que incluyen expectativas, necesidades y conducta social, lo cual influye en la forma en que las personas se involucran en las relaciones cercanas.

A continuación te compartimos un poco de cómo se van desarrollando estos estilos de apego, según las investigaciones de Crittenden (1995), Perris (2000), Magai y colaboradores (2000).

Apego seguro

En la formación de este estilo, los cuidadores suelen responder a las conductas reflejas, afectivas y condicionadas del niño. Además son capaces de animar e interactuar con él, siendo sensibles a sus señales emocionales, también lo apaciguan y modifican conductas en respuesta a las señales que produce el niño.

Ante esto, los niños suelen verlos como personas amables y disponibles en momentos de estrés, por lo que suelen generar un buen recuerdo de sus experiencias de apego.

Apego evitativo

En la configuración de este estilo, los cuidadores de alguna forma rechazan las señales afectivas que muestra el niño, no las validan, rechazan el contacto corporal cercano, por lo que el niño a de inhibir esas respuestas. Así que, en caso de protesta, los cuidadores responden de forma negativa, con ira o rabia, así que el niño aprende que la expresión de afecto es contraproducente. Sus prácticas de crianza suelen incluir el castigo físico y la retirada de amor.

Apego ambivalente

La conducta de los cuidadores es cambiante, por lo que a veces si responde y a veces no, de forma adecuada a las necesidades del niño, por lo que el niño no tiene seguridad sobre cómo responderán generándole rabia y ansiedad.

Finalmente, estas interacciones le generan ciertas emociones a los niños o niñas, las cuales van integrando también estructuras cognitivo-afectivas, las cuales pueden prevalecer o cambiar con el tiempo, dependiendo también del contexto.

Fuentes de información:

Garrido, L. (2006). Apego, emoción y regulación emocional. Implicaciones para la salud, Revista Latinoamericana de Psicología, 38 (3), 493-507.

Guzmán, M., Carrasco, N., Figueroa, P., Trabucco, C. y Vilca, D. (2016). Estilos de Apego y Dificultades de Regulación Emocional en Estudiantes Universitarios, Psykhe, 25 (1), 1-13.

Galán, A. (2010). El apego. Más allá de un concepto inspirador, Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 30 (108), 581-595.