Los niños pueden generar un apego que influirá en su vida adulta; en este artículo te decimos todo lo necesario para que sepas que tipo de apego está presentando tu hijo y cómo podría repercutir en su futuro.
¿Sabes qué es el apego?
Seguramente has escuchado este término alguna vez y es porque pertenece a una teoría muy importante dentro del campo de la psicología. Los seres humanos son naturalmente sociales, así que tienden a establecer vínculos afectivos consistentes a lo largo de su vida, sin embargo, las experiencias tempranas son las más importantes. El apego se entiende como la conducta por la cual se establece y se mantiene la proximidad con otro individuo al que se considera como más apto para enfrentarse al mundo (Bowlby, 1989). Entonces la teoría del apego viene a ser una explicación respecto a la regulación del afecto, es decir el modo en que las personas sienten y expresan sus necesidades de afecto.
¿Cuál es la importancia del apego?
Como ya se mencionó anteriormente, las primeras experiencias son fundamentales, pues es a partir de ellas que los niños generan expectativas respecto a futuras interacciones, por lo que generalmente los progenitores son los encargados de sentar las bases. Estas bases deben ser seguras, cubriendo las necesidades del niño, conteniéndolo y protegiéndolo, pues el niño depende de ellos.
Las primeras investigaciones que se realizaron respecto al apego se enfocaron en las primeras etapas de desarrollo, sin embargo, posteriormente se diversificaron a etapas posteriores como la adolescencia y la adultez. En un intento de clasificar los diferentes patrones que se han observado, se habla acerca de los estilos de apego. A continuación te compartimos la clasificación de Mary Ainsworth, además de datos que se han encontrado en otras investigaciones en etapas posteriores.
Estilos de apego:
Seguro
En las investigaciones, los bebés en este estilo de apego exploran activamente, se suelen disgustar cuando hay separación con el cuidador, no obstante, cuando vuelve se consuelan fácilmente brindándole una respuesta positiva. Posteriormente, en la adolescencia se ha observado que personas con apego seguro presentan menores índices de ansiedad y hostilidad. Además, hay comodidad con la cercanía, la interdependencia y confianza a la hora de buscar apoyo. Las personas suelen tener confianza en sí mismas y en los demás, por lo que presentan mayor capacidad de adaptación.
Inseguro/ Negativo
Evitativo
En este estilo hay distanciamiento, se observa que alejan el contacto cercano, por lo que no lloran al separarse de su cuidador o cuidadora, sino que simplemente se concentran en otras cosas. Entonces, aunque parece que a estas personas no les afecta la separación hay manifestaciones fisiológicas que indican ansiedad que predomina un tiempo considerable, por lo que hay una minimización del afecto e incluso aunque sientan ira la suelen esconder.
Ambivalente
Dentro de este estilo se observa que cuando hay separación suelen presentar conductas ansiosas o de protesta, se enojan y no se consuelan con facilidad. Posteriormente, en los niños pequeños se han observado respuestas temerosas ante diversos estímulos sin discriminación. Más adelante, adultos con este apego presentan niveles más altos de ansiedad, manifiestan una fuerte necesidad de cercanía, preocupación en sus relaciones y miedo al rechazo.
Por último es importante resaltar que estas características que te hemos mencionado no se manifiestan de forma estricta. Además, estas pueden variar dependiendo del progenitor del que se trate. Asimismo, las estrategias de apego pueden cambiar conforme la persona crece. Esto se debe al carácter dinámico y contextual que tiene el apego.
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