Claro que se puede viajar con tus pequeños y además hacer viajes de cierta distancia y disfrutarlos al máximo, por eso aquí te contamos algunos tips.
Es perfectamente comprensible que en ningún caso queramos poner en riesgo la salud o integridad de nuestros peques al momento de viajar.
- Elige bien el equipaje. La primera vez que sales de viaje con tu bebé, es normal que quieras llevarte un millón de cosas porque piensas que necesitarás de todo. Sin embargo, en la mayoría de destinos a los que decidas ir, siempre habrá tiendas y supermercados donde comprar comida y lo que te haga falta para tu bebé.
- Busca un destino cómodo. Aquí el destino es lo de menos ya que mientras que el bebé esté bien equipado, protegido y no le falte de nada, son capaces de adaptarse a todo tipo de lugares y entornos.
- Cómo organizarte con las comidas. El tema de la comida es algo que sabemos que te puede preocupar mucho; pero te adelantamos que es más fácil de lo que parece. Si das el pecho, la lactancia será tu mejor aliado en los viajes pues la comida estará lista y calentita en todo momento. Y en caso de dar el biberón, en la mayoría de bares y restaurantes podrán calentarlo sin problema
- Los niños siempre deberán de viajar en sus sillas con sistema de retención infantil, ya que les brinda mayor seguridad, aquí te dejamos un link para que conozcas más sobre las características de las sillas para autos.
- Lleva un botiquín. Normalmente tendrás acceso a una farmacia, pero es verdad que nunca está de más llevar en la mochila algunas medicinas o tiritas por si tu hijo se cae o se empieza a encontrar mal. Organiza tu botiquín, teniendo en cuenta el destino al que vas. Si hace frío, por ejemplo, es fácil que se acatarre y tenga fiebre.
- Empaca ropa óptima para varios climas, y añade varios juegos. Antes de organizar lo que vayas a llevar en tus maletas, asegúrate de investigar cómo será el clima de tu destino.
Tener comodidad es una de las claves para que tus pequeños se sientan felices. - Se más flexible que en casa. Puede que tengas una rutina estructurada en casa, que puede ser flexibilizada durante estos días. Irse de vacaciones involucra relajarse del día a día y probar cosas nuevas tanto para ti como para tu hijo. Tal vez te sorprenda el espíritu aventurero de tu pequeño y su disposición a comer y hacer cosas nuevas.
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