La Logopedia es la disciplina que se encarga de intervenir mediante terapia del lenguaje en personas con problemas en el uso de actividades comunicativas, de manera oral y escrita.

La logopedia infantil se encarga de guiar y entrenar a los más pequeños en su proceso de gestionar las alteraciones de la expresión o la comprensión del lenguaje

 La infancia es una etapa clave en la vida de todas las personas, pero resulta especialmente importante en el desarrollo de ciertas aptitudes psicológicas. 

Este grupo de capacidades que emergen sobre todo durante los primeros años de vida son las habilidades comunicativas.

Por lo tanto existen profesionales que se dedican a aplicar terapia para ayudar a aquellos niños y niñas que experimentan problemas a la hora de comunicarse.

Algunas  de las alteraciones con las que trabaja un logopeda pueden ser por una lesión cerebral adquirida y serán tratados con un enfoque multidisciplinar.

Apoyando la terapia del lenguaje con la rehabilitación del paciente en cada una de las diferentes áreas de rehabilitación cognitiva.

Dentro de los trastornos del lenguaje y de la lectoescritura, podemos encontrar los siguientes:

Afasia: Es un trastorno del lenguaje adquirido,tanto expresivo como, comprensivo, aparece como consecuencia de una lesión cerebral en una persona que ya había desarrollado la función lingüística.

Anomia: Trastorno del lenguaje que reduce la expresión oral. Dificultad para acceder al léxico, o nombrar las cosas por su nombre, similar a la sensación de “tener constantemente la palabra en la punta de la lengua”.

Alexia: Pérdida parcial o total de la capacidad lectora previamente adquirida resultante de una lesión cerebral.

Agrafia: Pérdida o alteración de la capacidad para producir lenguaje escrito, debido a una lesión cerebral adquirida.

Acalculia: Incapacidad para utilizar cifras y números así como para efectuar operaciones aritméticas.

Apraxia ideomotriz: Pérdida de la comprensión del uso de los objetos cotidianos, que se traduce en la realización de actos gestuales más o menos absurdos. Aparece una imposibilidad para adaptar los movimientos al objeto propuesto, aunque el individuo no esté afecto de paresia.

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