Es bastante común que los hermanos o hermanas se lleguen a pelear o discutan entre sí por diversos motivos, sin embargo es importante guiarlos para que puedan manejar y resolver adecuadamente sus conflictos, por ello a continuación te presentamos una serie de recomendaciones para poder evitar las peleas, ya que en las causas de éstas puede estar la solución.
Para prevenir
1. Evitar las comparaciones.
Esto es bastante común escucharlo, sin embargo en situaciones donde los niños rompen las expectativas de los padres esto se hace sin pensar. Tienes que tener presente que cada uno de tus hijos tiene sus propias características que lo hacen único, observa y valora lo que sí tienes en ellos y no lo que tú piensas que les falta, no los compares porque eso genera rivalidad y con ello peleas, también puedes hacerlos sentir poco valorados o rechazados.
2. Enséñalos a tener una división de sus pertenencias.
Generalmente las peleas entre hermanos surgen por la discordia de algún objeto, en la mayoría de los casos juguetes. Entonces, por una parte, pueden tener un espacio en el cual tengan las pertenencias que no están dispuestos a compartir, porque aunque compartir es algo importante siempre habrá algo que a ellos les guste tener en privado y está bien, eso se debe respetar. Por otro lado, pueden tener un espacio en el que estén las cosas que sí quieren compartir con sus hermanos o hermanas, estableciendo turnos.
3. Entiende sus periodos de adaptación.
Cuando llega un nuevo hermanito o hermanita es común que los niños mayores se sientan un poco desplazados, sé empático con ellos y acompaña este proceso, enséñales de forma paciente eso ayudará a evitar peleas.
4. Evita sobreprotegerlos
Cuando observes que alguno de tus hijos está siendo más atacado enséñale a defenderse sin usar ningún tipo de violencia, muéstrale cómo poner límites firmes y claros.
5. Usa el tiempo especial
Para que no haya rivalidad puedes darle un tiempo especial para estar con cada uno al día, explícales y enséñales a respetar los tiempos. Las peleas entre hermanos también surgen porque ellos necesitan tu atención.
Cuando surge el conflicto
1. Da las lecciones en calma.
Cuando surgen peleas entre hermanos, podemos buscar enmendar las cosas en ese mismo instante, sin embargo si las emociones están desbordadas lo más probable es que nada de lo que se pretenda enseñar sea escuchado, así que cuando estén en un momento tranquilo enséñales a reflexionar para tener empatía, dales tiempo y que piensen que pueden reparar.
2. Sé la calma
Dentro del caos de los niños, a los padres les toca transmitir calma, ya que si llegamos con emociones al tope empeoramos la situación, si te sientes así mejor pide a alguien más que intervenga.
3. Valida sus emociones.
Es imprescindible facilitar la expresión emocional, ellos y ellas pueden sentir enojo, tristeza, injusticia, frustración y coraje, es válido pues se generan por una razón. Cuando validamos lo que el otro siente generamos conexión y confianza, el niño puede sentir ganas de seguir contándote sobre la situación, a partir de ello se pueden orientar las soluciones.
4. Cambia el enfoque.
Si bien, validas sus emociones, enséñales que hay un límite en cuanto a lo que pueden hacer cuando se sienten de determinada manera, nunca estará permitido lastimar al otro, enséñales a buscar soluciones con respeto.
5. No tomes bandos.
Ante un conflicto, trata de no fomentar la necesidad de competencia por tu atención, adopta una actitud neutra.
6. Actúa y busca una zona neutra.
Cuando la situación se ha vuelto violenta y hay peligro físico, primero actúa, sepáralos físicamente, retira los objetos con los que se están haciendo daño, hasta que se tranquilicen, después puedes iniciar con las palabras. Funciona cambiar el lugar donde ocurrió la pelea a otro donde puedan encontrar la calma y así buscar soluciones.
7. Retira el objeto en discordia.
Usualmente las peleas surgen por algún juguete que ambos quieren para sí al mismo tiempo, por lo que es recomendable retirarlo y anunciarles que podrán recuperarlo cuando estén dispuestos a tomar turnos.
8. Retírate de la zona.
Cuando una de las razones del conflicto, es llamar la atención del o de los adultos es mejor avisarles que te vas a retirar hasta que ellos estén en calma.
9. No asumas.
Cuando no hayas estado presente al momento del conflicto, siempre pregunta cómo ocurrieron las cosas, no asumas. Además ten en cuenta que la edad no define el comportamiento de los niños, por lo que aunque pienses que tu hijo ya está grande y debería hacer y comportarse de determinada manera, no siempre es así.
10. Evita las etiquetas.
Recuerda que lo que vas a describir es el comportamiento, no al niño, ya que algo que haya hecho no lo define, esto sólo ocasionará que se sienta aún más frustrado o agredido así que probablemente reaccione a la defensiva, se hablará a sí mismo con esas palabras y se seguirá comportando de esa manera.
11. No intervengas inmediatamente.
A veces hay que darles la oportunidad de que generen soluciones ante sus conflictos, así que si no hay peligro de daño dales su tiempo.
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