¿Sabías que identificar la agresividad a tiempo es esencial para poder corregirla y evitar problemas mayores en el futuro?

La agresividad infantil en pocas palabras se refiere a la conducta y actitud violenta que puede ir desde insultos, hasta empujones, golpes o patadas.

¿Cuáles son las posibles causas?

Primero hay que tomar en cuenta si el niño se desenvuelve en un ambiente agresivo o violento.

Es decir, que si ve peleas o discusiones con frecuencia el niño puede imitarlo y hacerlo en su día a día con otras personas por ejemplo, en la escuela.

La relación de los padres de sus hermanos y personas cercanas va a ser la clave en cuanto a la forma de convivir del niño.

Inmadurez cerebral y conductual

Sin, embargo, los arrebatos de agresividad son un rasgo normal en la infancia pero en algunos niños esto suele persistir, ya que es incapaz de dominar sus impulsos agresivos.

Entre los dos y tres años los rasgos agresivos son un tanto normales por la inmadurez cerebral y conductual de los niños, sin embargo, es bueno utilizar ciertas estrategias para que los niños sepan que esas actitudes violentas están mal y deben tener una consecuencia.

Guía de los padres

Aquí es dónde entra el papel de los padres, ya que tienen que guiar al niño y darle las estrategias necesarias para poder desviar sus impulsos agresivos en actividades socialmente aceptables.

Estrategias para tratar a un niño agresivo

  • Establece límites claros.
  • Establece habilidades para resolver problemas.
  • Ayuda al niño a desarrollar habilidades para manejar sus emociones y resolver los problemas de manera pacífica.
  • Proporciona un ambiente seguro, esto le ayudará a reducir la agresión.
  • Fomenta la comunicación, debe ser abierta y honesta para que él pueda tener confianza para contarte sobre sus emociones y sentimientos contigo.
  • Asegura la estabilidad emocional del niño, si el comportamiento agresivo es grave o persistente trabaja en colaboración con un psicólogo o un terapeuta, esto es para ayudarlo a manejar sus emociones y su comportamiento.

Si sientes que las actividades de canalización no funcionan puedes consultar a un pediatra o un profesional capacitado en Salud Mental como un psicólogo infantil o un psiquiatra para que traten a tu pequeño lo antes posible.

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