Selectividad alimentaria en niños con TEA

La selectividad alimentaria se refiere a cuando un niño presenta conductas evitativas o de rechazo ante determinados alimentos o ante alimentos preparados de una forma determinada.

Las causas de la selectividad alimentaria todavía se desconocen. No obstante, en algunos casos parece ser que se deben a problemas orgánicos identificables.

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Como un funcionamiento anormal del sistema sensorial, dificultades oromotoras o problemas gastrointestinales (como estreñimiento, diarrea, hinchazón de estómago o reflujo gastroesofágico).

En otros casos, cuando no hay problemas orgánicos identificables, la selectividad alimentaria puede manifestarse como resultado de los intereses restringidos y rigidez conductual característicos del TEA.

La elección de los diferentes tipos de alimentos podría estar influenciada por las características sensoriales de éstos.

El criterio de preferencia o aversión está basado en la textura, el color, la apariencia, el sabor, el olor, la forma, la presentación, las mezclas, la temperatura.

También puede ser por el tipo de utensilio, la forma y color del envoltorio, la disposición y la presentación de la vajilla.

Estrategias para la selectividad en niños con TEA

Uso de apoyos visuales: Permiten anticipar lo que el niño va a comer, sirviendo la comida en el orden que se presenten los apoyos visuales.
Cambios progresivos: El grado de exigencia, esfuerzo y cambio debe ser mínimo, incrementando de forma gradual.
Evitar situaciones de estrés: Permite que el niño explore a su ritmo evitando estrés y conflictos.
Definir un objetivo: Analizar los objetivos que se quieran lograr y jerarquizarlos, buscando cumplir un solo objetivo a la vez y al lograrlo ir con el siguiente.
Rutina: Establecer un horario y rutina en su alimentación para que la alimentación se le haga un poco más fácil.
Evitar distractores: Alejar objetos que provoquen que el niño se distraiga y pueda estar atento a su comida.