¿Síndrome de la mamá tóxica?
¿Soy madre, puedo enfermarme y dañar a mi bebé?
Son preguntas que quizá te hagas al leer el título, sin embargo en Little Play te diremos algunas de las características del Síndrome de la mamá tóxica, además te explicaremos si esto puede provocar que seas una mala madre.
Por lo tanto, en el contexto familiar existen personas de todo tipo, ya que aunque se viva junto a la familia cada persona es diferente, sin embargo, las primeras relaciones que se tienen generan una educación que durante los primeros años de vida se puede volver una experiencia negativa.
Pero… ¿Cómo son las madres tóxicas?
Las madres, a causa de su rol tradicional de cuidadoras que aún se conserva en muchos países y en parte también por el vínculo especial de apego que establecen con los hijos durante la lactancia, son un elemento fundamental en este aspecto, y su influencia en la crianza suele ser más determinante que la de los padres.
Debido a ello, se trata de personas que establecen un vínculo negativo con sus hijos o hijas, hasta el punto de hacer que acciones que en principio pueden fundamentarse en el amor y el afecto se transformen en una correa que limita la libertad y el bienestar del prójimo.
Las relaciones que se generan entre mamá o papá e hijo, son como carreteras de doble sentido, y por muy malo que pueda parecer un vínculo, muchas veces las dos personas involucradas podrían estar haciendo algo para mejorarlo.
Y… ¿Cuáles son las características de las madres tóxicas?
Lo que caracteriza a las madres tóxicas es que, si bien en ocasiones no son las culpables de la mala relación al 100%, presentan las siguientes conductas:
- Personalidad controladora: Se trata de una idea muy perjudicial que alimenta una dinámica de relaciones en la que cualquier elección debe pasar por la madre
- Uso habitual de la violencia para castigar: No solo causa sufrimiento en los momentos puntuales en los que sea plica, sino que además alimenta la desconfianza, el resentimiento y el miedo.
- La intromisión: La intimidad es importante, no saber respetar eso genera mucho malestar a la larga.
- Mentalidad competitiva: Se intenta mostrar ante los ojos de todos que los hijos o hijas de una misma son mejores que los del resto
- Sobreprotección: Se da a través del miedo a que los hijos o hijas afronten los retos propios de la vida adulta.
- Indiferencia: Existen madres que, en vez de ser controladoras, son exactamente lo contrario. En muchas ocasiones disfrazan de permisividad lo que en realidad es indiferencia.
- Actitud pasivo-agresiva: Estado de ánimo cambiante
- El desconfiar de los amigos: Asumen tanto el rol de mujer protectora que prohíben a sus hijos e hijas entablar una amistad con personas que consideran sospechosas, aunque sea por su simple apariencia
- La proyección sobre los hijos e hijas: Es la tendencia a creer que su descendencia ha de llegar a ser el “yo ideal” que ellas nunca llegaron a ser
- La ilusión del “príncipe azul”: Las madres tóxicas de perfil muy conservador educan a sus hijas en la idea de que no serán felices sin un hombre a su lado.
Saber identificar los casos en los que alguien se comporta como una madre tóxica es muy importante para ponerle freno a la situación y hacer que esta persona adulta reaprenda a educar de manera adecuada.
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