Gatear significa desplazarse valiéndose de los brazos y piernas, y es la primera forma que utiliza el ser humano para trasladarse por sí mismo.
En un principio, el niño aprende a mantener el equilibrio sobre sus manos y rodillas, luego practica moverse hacia adelante y hacia atrás, ejercicio que va fortaleciendo sus músculos.
Generalmente, los niños gatean entre los nueve y diez meses, sin embargo a los ocho deberían ponerse en posición de gateo. Sin embargo, cada uno tiene su ritmo y la variabilidad individual es muy amplia.
Es importante no compararlo con otros bebés, ya que cada niño necesita su tiempo.
Ahora que sabes a qué edad gatea un bebé, es importante saber que no hay que obligar al bebé a gatear en ningún momento. Debemos respetar su desarrollo y dejar que siga su curso.
Sin embargo, podemos estimular al bebé para que gatee.
Algunos de los beneficios que podemos encontrar sobre el gatear son:
- Ayuda a entrenar la visión: La autonomía que permite a los bebés el poder gatear significa que pueden relacionarse más con su entorno, ya que pueden explorar el mundo que les rodea. Al gatear aprender a enfocar a cortas y largas distancias.
- Mejora su confianza, el poder explorar el mundo que les rodea mejora su confianza en sí mismos y su autoestima.
- Mejora el sistema del equilibrio del niño. La postura del gateo permite desarrollar antes el sistema vestibular del bebé y tendrá conocimiento de donde están las diferentes partes de su cuerpo.
- Mejora el tacto de la mano del bebé. Desplazarse permite al niño alcanzar nuevos objetos y reconocerlos. Es importante por ello dejar a su alcance juguetes de variadas formas y coloridos para incentivar el desarrollo de la motricidad fina.
- Mejora su desplazamiento. El poder moverse con libertad obliga al niño a fijar patrones de movimiento y establecer pequeñas rutas para llegar a su objetivo.
- Tonifica los músculos del niño y a su vez, la columna. Por lo tanto le ayudará a permanecer erguido cuando abandone la fase del gateo para ponerse en pie.
- Aporta beneficios neuronales. Ayuda a conectar los hemisferios cerebrales creando rutas de información cruciales para la maduración de las diferentes funciones cognitivas necesarias en el desarrollo del niño.
Recuerda que saltarse esta fase no tiene ningún efecto negativo en los niños, y no tienes de que preocuparte sobre el desarrollo de tu pequeño.
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