Las relaciones y las experiencias que viven los niños y adolescentes en la familia, escuela y el barrio son imprescindibles para un buen desarrollo emocional, social y cognitivo.
La convivencia y las relaciones humanas, implican conflictos y perturban estos ambientes seguros y cálidos. Uno de estos conflictos, que despierta gran alarma social, es la violencia o acoso escolar que se genera entre niños o niñas en las escuelas.
El agresor hunde y machaca la personalidad y la autoestima de la víctima.
En Little Play te compartimos los signos de alerta.
- Pérdida de apetito/sueño.
- Lesiones físicas (heridas/moretones), material roto o “perdido”.
- Síntomas psicosomáticos (palpitaciones, dolor de barriga).
- Puede sentir impotencia/ baja autoestima.
- No quiere ir a la escuela y evita hablar sobre el colegio.
- Pesadillas frecuentes, se muestra en estado de alerta.
- Pérdida de interés en el ámbito social (no quiere jugar con amigos).
- Cambios progresivos en su conducta (se aísla, está irritable, siente vergüenza).
–
Conductas típicas del que acosa a otros.
- Conductas agresivas y hostiles.
- Suele estar presente en situaciones de agresiones verbales/físicas.
- Constantemente se les llama la atención (dirección).
- Apenas asumen su responsabilidad, culpando a otros.
- Baja capacidad empática, burlas hacia lo que es diferente.
- Suele tener amigos que son agresivos e intimidan a otros.
- Aparece constantemente con material “nuevo” o de otros.
- Necesidad de obtener lo que desea.
Es esencial buscar pequeños cambios en el niño (en sus hábitos, comportamientos, daños materiales, rendimiento escolar, etc) y observar posibles signos de alerta.
Educar a nuestros hijos en valores desde pequeños puede ser una de las mejores armas que podemos encontrar los padres para erradicar el acoso escolar.