Fomentar hábitos alimentarios positivos en los niños es fundamental para su salud y bienestar a largo plazo.
Algunos hábitos que deberías poner en práctica con tus pequeños son los siguientes:
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Modela buenos hábitos alimentarios
Los niños tienden a imitar lo que ven a su alrededor, por lo que es importante que los padres y cuidadores sean un buen ejemplo.
Trata de tener una alimentación equilibrada y variada, disfruta de comidas en familia y muestra entusiasmo por probar alimentos saludables.
Ofrece variedad de alimentos
Introduce una amplia gama de alimentos saludables en la dieta de tu hijo. Incluye frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y lácteos bajos en grasa.
De esta manera, le proporcionas una variedad de nutrientes esenciales y ayudarás a desarrollar su paladar.
Haz las comidas divertidas
Presenta los alimentos de manera atractiva y creativa. Puedes utilizar cortadores de galletas para hacer formas divertidas con las frutas y verduras, o crear platos coloridos y atractivos.
Además, involucra a tu hijo en la preparación de comidas, dejando que participe en la selección y preparación de ingredientes.
Establece rutinas y horarios regulares
Procura establecer horarios regulares para las comidas y meriendas.
Esto ayuda a que los niños desarrollen un patrón de alimentación saludable y evita el consumo excesivo de alimentos entre comidas.
Además, comer en familia y crear un ambiente relajado puede hacer que las comidas sean más placenteras.
Evita la presión y las recompensas alimentarias
No fuerces a tu hijo a comer ciertos alimentos o a terminar todo lo que hay en el plato.
Esto puede generar una asociación negativa con la comida y provocar una lucha de poder.
En lugar de eso, respeta las señales de hambre y saciedad de tu hijo y anímalo a probar nuevos alimentos sin presionarlo.
Evita utilizar alimentos como recompensa o castigo.
Limita las opciones poco saludables
Si bien es importante permitir que los niños disfruten de alimentos menos saludables de vez en cuando, como dulces o snacks procesados, es necesario establecer límites.
Mantén esos alimentos fuera de la vista y reserva su consumo para ocasiones especiales.
De esta manera, los niños aprenderán a valorarlos como algo excepcional y no como parte regular de su dieta.
Recuerda que el establecimiento de hábitos alimentarios positivos requiere paciencia y consistencia.
A medida que los niños experimenten diferentes alimentos y vean que se les ofrece una variedad saludable, es más probable que desarrollen una relación saludable con la comida.
Si tienes preocupaciones específicas sobre la alimentación de tu hijo, consulta a un profesional de la salud, como un pediatra o un dietista registrado, para obtener orientación adicional.
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