El control de porciones de comida en niños se refiere a enseñarles cómo reconocer y respetar las cantidades adecuadas de alimentos que deben consumir durante las comidas.

Es importante ayudar a los niños a desarrollar una relación saludable con la comida y a aprender a escuchar las señales de hambre y saciedad de su cuerpo.

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Aquí hay algunas pautas para el control de porciones en niños:

Tamaño de las porciones adecuadas

Enséñale a tu hijo qué constituye una porción adecuada de cada grupo de alimentos.

Puedes utilizar herramientas visuales, como tazas medidoras o comparaciones con objetos comunes (por ejemplo, una porción de carne del tamaño de una baraja de cartas).

Explica que cada grupo de alimentos tiene una cantidad recomendada y que es importante comer en proporciones equilibradas.

Escucha las señales de hambre y saciedad

Anima a tu hijo a prestar atención a las señales de hambre y saciedad de su cuerpo.

Explícale que debe comer cuando tiene hambre y detenerse cuando se siente satisfecho, evitando comer en exceso o comer por aburrimiento o emociones.

Esto les ayuda a desarrollar una conexión más fuerte con su cuerpo y a evitar comer de forma descontrolada.

Evita obligar a terminar el plato

No fuerces a tu hijo a terminar todo lo que hay en su plato.

Esto puede crear una relación negativa con la comida y promover el hábito de comer en exceso.

En lugar de eso, respeta su nivel de saciedad y anímalo a escuchar su cuerpo.

Servir en platos más pequeños

Utilizar platos más pequeños puede ayudar a controlar las porciones de comida.

Los platos grandes pueden hacer que una porción normal parezca pequeña, mientras que los platos más pequeños pueden hacer que una porción adecuada parezca suficiente.

Esto ayuda a evitar que los niños coman en exceso.

Limitar alimentos menos saludables

Si bien es importante permitir que los niños disfruten de alimentos menos saludables de vez en cuando, es necesario establecer límites.

Limita el acceso a alimentos altos en grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio, como golosinas, refrescos y alimentos procesados.

Estos alimentos suelen ser menos nutritivos y pueden ser fácilmente consumidos en exceso si están disponibles en grandes cantidades.

Fomentar una alimentación consciente

Anima a tu hijo a comer despacio y a saborear cada bocado.

Enseña técnicas de alimentación consciente, como prestar atención a los sabores, texturas y sensaciones al comer.

Esto ayuda a que los niños se conecten más con su comida y sean conscientes de cuándo están satisfechos.

Cada niño es diferente y tiene diferentes necesidades calóricas.

Si tienes preocupaciones sobre el control de porciones o la alimentación de tu hijo, consulta a un profesional de la salud, como un pediatra o un dietista registrado.

Esto te permitirá obtener orientación y asesoramiento personalizado.

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