La lactancia es el vínculo de amor que vuelve sanos, fuertes y felices a nuestros hijos
Montserrat Caraccioli
La lactancia materna puede ser dificil al comienzo de la relación entre la boca del recién nacido y el pecho de la madre.
Una vez superadas las dificultades, empieza un proceso complejo de coordinación muscular en la boca del bebé para extraer la leche. Esto puede considerarse como la base para el posterior desarrollo del habla.
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Durante el proceso de ingerir y succionar, la lengua se contrae repetidamente, lo que conlleva al desarrollo del posicionamiento adecuado para la emisión del sonido de las palabras.
De la misma manera, también se ejercitan los músculos orbiculares de los labios.
Estos son encargados de inmovilizar el pecho antes de extraer la leche, los cuales son músculos que participan en el cierre de los labios. La mandíbula también juega un papel importante al permitir la extracción de la leche materna.
De igual forma, facilita la respiración por la nariz cuya práctica afecta de manera directa en la capacidad de pronunciar adecuadamente las palabras.
Posteriormente, al incluir los primeros alimentos, el proceso de comer que emplea el mismo grupo muscular propiciará a partir de movimientos gruesos.
Además del desarrollo de los movimientos finos necesarios para la emisión de sonidos y palabras.
Existe un efecto positivo de la lactancia en la sincronización de las funciones de la boca, además de un desarrollo dento-buco-maxilo-facial adecuado.
Por lo tanto, aquellos bebés que les dan leche materna durante más de nueve meses tienen menos posibilidades de desarrollar dificultades posteriores, relacionadas con los sonidos del habla.
Tiene un efecto positivo sobre el desarrollo del lenguaje, existe una relación entre la duración de la lactancia y el lenguaje, la inteligencia verbal y no verbal.
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