El sentimiento de culpa o sentirte culpable durante la maternidad puede ser común pero no normal, por esta razón te explicamos cómo puedes entender el sentimiento y qué hacer posteriormente.
Cuando somos madres primerizas, nos invaden sentimientos de incertidumbre que conlleva a sentir culpa si algo va mal con nuestros hijos y una de las preguntas que retumban en la cabeza es
¿Lo estoy haciendo bien? ¿Estoy haciendo las cosas como “deben” ser? ¿Y si me equivoco?
La crianza ha estado establecida bajo un manual con normas que quizá no están escritas pero que son trasladadas de unos a otros donde sí parece que hubiera una manera de hacer y sentir lo que debe ser “correcto”.
De ahí que si las mamás se salen de esas normas, si se desbordan, si dudan, si no saben qué y cómo hacerlo… se comete el error, el fallo, la falta, y entonces aparece la culpa.
Por ello, desde esta sensación, ¿una mujer será capaz de hacer lo realmente importante, que es conectar con su hijo?
La conexión emocional entre la mamá y el bebé , cuando está presente la culpa no se puede llevar a cabo de manera fluida; una madre que se juzga, que se siente débil, imperfecta o egoísta por llevar adelante la crianza de una manera diferente a como “debería hacer”, tendrá más difícil (aunque no imposible) la tarea de conectar con su hijo a nivel emocional porque esa culpa generará una serie de interferencias.
No existen recetas, ni fórmulas, ni normas por las que una mujer deba regirse de forma estricta, durante la crianza, sin embargo, te diremos cómo puedes entender el sentimiento de culpa.
Cambiemos, la palabra culpa, por RESPONSABILIDAD.
Responsabilidad, para identificar mis emociones, para aceptar que cometo errores y que a pesar de eso, lo hago de la mejor manera que sé.
Responsabilidad para valorar las opciones y escoger la que mejor se adecúa en mi caso, para tratarme con respeto y cariño entendiendo quién soy y entendiendo cuáles son mis circunstancias.
Por eso entonces debemos entender que:
La culpa es una emoción más, no es buena ni mala, pero es importante identificar qué la genera, si estoy ante un error real, por lo tanto, hacernos preguntas como las siguientes nos ayudará a poder entenderla:
- ¿Cómo me estoy hablando?
- ¿Estoy entendiendo mi situación cuando estoy haciendo este juicio sobre mí?
- ¿Estoy juzgando lo que hago en base a mi criterio o en base al criterio de otros?