La espasticidad es un problema médico que afecta a los niños que tienen parálisis cerebral o lesiones de la médula espinal. Consiste en el endurecimiento o contracción involuntaria de los músculos.

Cuando una lesión cerebral o una lesión de la médula espinal interfiere con los mensajes del cerebro, los músculos no se pueden relajar y como resultado, los músculos están rígidos y tensos, por lo que puede afectar cualquier músculo del cuerpo.

La espasticidad no se cura, se trata. Se intenta aliviar y evitar un avance de la enfermedad como la presencia de contracturas fijas o malformaciones óseas.

No afecta a todos los grupos musculares por igual y esto da lugar a un desequilibrio de fuerzas que unido a la debilidad, disminuye el movimiento articular y limita el movimiento del músculo afectado. Con el paso del tiempo los tendones y el músculo se acortan, los huesos siguen creciendo y aparecen contracturas y deformidades osteoarticulares. Todo esto obliga al paciente a compensar las alteraciones con determinadas posturas o movimientos anómalos.

 Los síntomas de la espasticidad pueden ser: 

Positivos

 Espasmos flexores y extensores.  Clonus: espasmos flexores de retirada. Hiperreflexia.

Negativos

Paresia. Pérdida de destreza. Fatiga.

En el niño las causas más frecuentes que ocasionan el síndrome espástico son:

1. Parálisis cerebral infantil.

De origen prenatal, origen perinatal, y origen postnatal.

2. Traumatismos craneoencefálicos y raquimedulares.

3. Neoplasias.

4. Enfermedades desmielinizantes.

5. Enfermedades degenerativas de origen metabólico.

Tratamiento de la espasticidad

Es sintomático y está dirigido a reducir el exceso de tono muscular por medio de diferentes tratamientos complementarios y que deben instaurarse progresivamente.

Fisioterapia, el tratamiento de base de la espasticidad.

Su objetivo, es lograr la capacidad de independencia física y de movilidad mediante ejercicios de estiramiento, adquisición y corrección de posturas y, si es necesario, el uso de apoyos para la marcha (caminadores, muletas y sillas de ruedas).

Ortesis

Estas complementan la fisioterapia para facilitar el estiramiento muscular y la estabilidad y conseguir una correcta alineación articular. Estas ortesis deben hacerse a medida y están realizadas en diferentes materiales.

Fármacos

Relajantes musculares administrados vía oral que actúan en el Sistema Nervioso Central o en el músculo. El inconveniente es que no son selectivos y relajan toda la musculatura.

Cirugía

Este es el último recurso cuando, a pesar de todos los tratamientos anteriores, la evolución continúa. Según las características y gravedad del paciente se aconseja el tipo de cirugía.

Ortopédica, sobre tendones y huesos para contrarrestar los efectos de la espasticidad sobre la columna, las caderas y las extremidades. Neurocirugía, en casos muy graves y resistentes a cualquier otro tratamiento, sección nerviosa para disminuir el tono muscular.

Por lo tanto el plan de tratamiento requiere un análisis individualizado de cada caso.

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