¿Habías escuchado sobre lo importante que es el apego en los pequeños? Aquí te lo contamos. 

Veamos primero lo que es el apego…

Es definido como el lazo afectivo que se establece entre el niño y una figura específica.

Este lazo, une a ambos en el espacio, perdura en el tiempo, se expresa en la tendencia estable a mantener la proximidad y la sensación de seguridad.

La crianza respetuosa tiene como base a la teoría del apego de John Bowlby que defiende la idea de que venimos pre programados biológicamente para construir vínculos con los demás.

Estos vínculos son tan significativos que tienen una poderosa relación en el sano desarrollo de la personalidad así como desarrollo social y emocional.

Las fases de construcción de apego que maneja la teoría son las siguientes: 

  • 0 – 6 meses: Se produce la construcción y reconocimiento de la figura de apego 
  • 6 meses – 3 años: Comienza la experimentación y regulación del apego mediante la búsqueda ante amenaza y elalejamiento y la exploración en momentos o fases “tranquilas”.
  • 3 años en adelante: Comienza la activación del apego en la que la figura de apego es percibida como “separada”, generando comportamientos complejos activadores del apego para evitar la separación.
  • Adolescencia: Desapego, duelo y reapego En la etapa adolescente se produce una turbulencia generada por la complejidad de su desapego de las figuras parentales, tiene que aprender a tolerar el duelo de esta pérdida, de este modo se produce el reapego a nuevas figuras (tanto adultos como pares) 
  •  Vida adulta: Apego entre pares. En la pareja se produce la manifestación del apego entre iguales, que no predomina tanto como en la infancia. 

Conforme se vaya desarrollando este apego con su cuidador principal se irá desarrollando también un estilo de apego a largo plazo

Este puede ser de dos tipos:

  • Seguro: Se da cuando la relación entre el bebé y más adelante niño, y el cuidador principal ha sido estable, favorece la autonomía de los más pequeños, gracias a la seguridad y confianza que les aporta.
  • Inseguro: Es aquel en el que el vínculo está contaminado por el miedo, se expresa principalmente, como retraimiento en la relación con otros o emociones confusas, de dependencia y rechazo.

Existen tres tipos de este apego:

  • Inseguro desorganizado: es un tipo de vínculo muy propio de quienes han sufrido abusos en su infancia. Nunca sabían que esperar de quienes tenían la misión de protegerles.
  • Inseguro ambivalente: la principal característica es la intensidad con la que se viven las contradicciones de una relación. Las personas que lo sufren tienen una gran necesidad de afecto.
  • Inseguro evitativo: se caracteriza por la dificultad de establecer vínculos cercanos con los demás. Les cuesta reconocer sus propias emociones.

Claramente es preferible desarrollar un estilo de apego seguro en los pequeños ya que favorece el sano desarrollo de la personalidad, sin embargo, es fundamental que se vaya estructurando desde bebés y que se vaya fomentando con el paso del tiempo de manera coherente y constante. 

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